Cobertura en medios en español del caso USAID y la supuesta “compra de periodistas”

En febrero de 2025, la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) fue centro de polémica al revelarse que había financiado a 6.200 periodistas en 707 medios de comunicación en todo el mundo​ rsf-es.org. La suspensión repentina de estos fondos, ordenada por la administración de Donald Trump, provocó un “terremoto” en el ecosistema mediático internacional, especialmente en América Latina. Medios en español de diverso perfil –desde diarios tradicionales hasta portales alternativos– cubrieron extensamente el tema, cada uno con su propio enfoque. A continuación, se resumen las coberturas destacadas y se analiza si se publicaron listas de periodistas implicados.


Medios tradicionales en español

El País (España) – El diario El País abordó la noticia enfatizando el impacto negativo en la prensa independiente latinoamericana. Un artículo desde su edición americana calificó el recorte de USAID como “el último gran golpe” a estos medios, citando que en 2023 la agencia apoyó a 6.200 periodistas y más de 700 medios a través de programas de fortalecimiento periodístico. El reportaje, firmado desde Nueva York, destacó testimonios de directores de medios regionales alarmados por la suspensión de fondos, pero no incluyó nombres de periodistas específicos. Su enfoque se centró en la paradoja de que Estados Unidos retire un apoyo que sostenía a medios dedicados a fiscalizar la corrupción y defender derechos humanos en regímenes autoritarios.

Agencias y cadenas internacionales – La noticia también fue cubierta por agencias como EFE y cadenas globales. Por ejemplo, una nota de EFE reproducida en Yahoo Noticias destacó la reacción del presidente salvadoreño Nayib Bukele, quien en Twitter tildó a la prensa “independiente” de ser parte de “una operación mundial de lavado de dinero” tras conocer los datos de USAID. Medios como France 24 y CNN en Español informaron sobre la congelación del 92% del presupuesto de USAID y sus repercusiones, contextualizando que la agencia destinaba 268 millones de dólares en 2025 al apoyo mediático. Estas coberturas tradicionales difundieron las cifras globales y las implicaciones políticas, sin publicar listas de beneficiarios individuales; se limitaron a mencionar el número de periodistas/medios apoyados y citas de funcionarios (como el entonces Secretario de Estado, Marco Rubio) justificando el recorte en aras de evitar financiar agendas ajenas a la línea gubernamental.

Reporteros Sin Fronteras (RSF) – Aunque no es un medio sino una ONG, RSF tuvo un papel clave ya que su comunicado sirvió de fuente a muchos periodistas. La organización condenó la congelación de fondos, advirtiendo que sumía al periodismo mundial en el caos. En su nota (difundida en español) confirmó que según una hoja informativa de USAID –luego retirada de internet– en 2023 se financió la formación de 6.200 reporteros, se asistió a 707 medios no estatales y a 279 organizaciones de apoyo al periodismo​ rsf-es.org. RSF enfatizó la incertidumbre de numerosos proyectos periodísticos, pues muchas organizaciones evitaban hacer pública su situación por temor a volverse blanco de ataques políticos. La cobertura de RSF no enumeró nombres, pero aportó legitimidad a las cifras que circulaban. Varios medios tradicionales en español citaron estos datos de RSF para dimensionar el asunto, subrayando el llamado de la ONG a que otros financiadores internacionales intervengan para sostener a los medios independientes.

La congelación de fondos de USAID tuvo efectos inmediatos: la sede de la agencia en Washington fue cerrada y su personal enviado a casa. A nivel global, la suspensión generó incertidumbre en más de 30 países donde medios independientes dependían de esa ayuda. Organizaciones como RSF advirtieron que este vacío de financiación podría beneficiar a regímenes autoritarios, al debilitar a la prensa libre que solía fiscalizarlos.

Medios alternativos y estatales

teleSUR (Venezuela) – Los medios estatales y alternativos en Hispanoamérica tuvieron un tono muy distinto. El canal venezolano teleSUR cubrió el caso presentándolo como prueba de la injerencia de EE.UU. en la prensa de otros países. Un reportaje del 11 de febrero de 2025 afirmó que un “documento revelado por WikiLeaks” exponía cómo USAID financió a medios para sembrar narrativas antivenezolanas. TeleSUR nombró directamente a periodistas y medios venezolanos supuestamente beneficiados: mencionó a Luz Mely Reyes (directora de Efecto Cocuyo), Carla Angola y Carlos Méndez (de EVTV Miami), Miguel Ángel Rodríguez y César Batiz (de El Pitazo), así como a Fabiola Colmenares (de VPI TV). Según el informe citado, estos comunicadores habrían recibido fondos para promover narrativas contra el gobierno de Nicolás Maduro, alineándose con los intereses estadounidenses. TeleSUR también destacó que “9 de cada 10 medios ucranianos” dependían del financiamiento de USAID​ telesurtv.net, reforzando la idea de una amplia operación de influencia mediática internacional. El enfoque de teleSUR, claramente editorializado, presentaba la financiación de USAID como “compra de periodistas” para propaganda, y su cobertura sí divulgó una lista parcial de nombres, centrada en figuras críticas al chavismo.

La Gaceta de la Iberosfera (España) – En España, medios alternativos de línea conservadora también cubrieron el asunto, aunque con un matiz diferente. La Gaceta (un diario digital de derecha) celebró el desmantelamiento de USAID ordenado por Trump, interpretándolo como un freno a la “agenda 2030 globalista”. En una nota del 6 de febrero de 2025, La Gaceta resaltó que los 268 millones de dólares previstos para financiar a periodistas y medios extranjeros serían congelados. Subrayó las mismas cifras de 6.200 periodistas y 707 medios apoyados en 2023, pero encuadrándolas negativamente: afirmó que USAID buscaba “fortalecer un discurso a favor del globalismo y los ODS de la Agenda 2030”. El artículo no listó nombres de reporteros, pero sí mencionó a algunos medios internacionales beneficiados, como Politico en Bruselas, insinuando que gracias a esas subvenciones habrían impulsado campañas contra líderes conservadores. En resumen, La Gaceta informó del volumen de la financiación pero lo presentó como algo corrupto o ideológico, alineándose con la narrativa de Trump; su foco estuvo en criticar a los medios subvencionados en general más que en individualizar periodistas.

Diario El Salvador (El Salvador) – En El Salvador, medios pro-gubernamentales aprovecharon la noticia para cuestionar a la prensa local crítica. Diario El Salvador, cercano al gobierno de Bukele, publicó el 7 de febrero de 2025 un artículo recogiendo tanto el comunicado de RSF como una aparente “revelación de WikiLeaks”. La nota repitió que USAID financió a más de 6.200 periodistas de 707 medios en diversos países, incluyendo que “nueve de cada diez medios de comunicación de Ucrania” dependían de esas subvenciones. Aunque no daba nuevos datos, el diario incluyó la reacción de Bukele, quien tuiteó irónicamente “Los ‘periodistas independientes’” junto a la noticia, poniendo en duda su independencia. Diario El Salvador tampoco publicó nombres locales, pero sí mencionó que en el país algunos medios admitieron que perder esos fondos afectaría sus operaciones (citando al director de Revista Factum). El énfasis del artículo fue cuestionar la credibilidad de medios salvadoreños que recibían ayuda exterior y reforzar la postura oficial de que la prensa financiada desde fuera no es verdaderamente independiente.

Otras coberturas alternativas – En redes sociales y portales menores, circularon más versiones. Comentaristas en YouTube e iVoox titularon el hecho como “USAID compraba periodistas”, dramatizando un “escándalo mundial” de sobornos mediáticos. Del lado contrario, Nueva Tribuna –un medio digital español progresista– publicó una columna (17 de febrero de 2025) criticando la falta de transparencia en España sobre este tema​ bloquesdenoticias.com. El autor lamentó que la prensa española hablara de la crisis en medios latinoamericanos pero “ni una sola palabra” sobre qué medios o periodistas españoles podrían estar recibiendo dinero de USAID​ bloquesdenoticias.com. Esta postura denunciaba un doble rasero y exigía que, por decencia democrática, se hicieran públicos los ingresos ocultos que pudieran venir del exterior. Aunque esa columna no aportó pruebas nuevas ni nombres, refleja cómo medios independientes/alternativos españoles abordaron el asunto pidiendo rendición de cuentas doméstica. En síntesis, el ecosistema alternativo convirtió la noticia en munición para sus narrativas políticas (ya fuera para denunciar “propaganda imperialista” o para acusar a ciertas ONG y periodistas de falta de independencia), presentando a veces nombres puntuales según la agenda de cada cual.

Cobertura independiente y reacciones

Análisis en prensa libre – Publicaciones especializadas en periodismo y organizaciones de prensa en español también cubrieron el fenómeno, generalmente para desmentir acusaciones infundadas o brindar contexto. Por ejemplo, la LatAm Journalism Review (universidad de Texas) documentó cómo en República Dominicana la retórica importada de EE.UU. desencadenó una campaña de acoso contra periodistas locales​ latamjournalismreview.org. A inicios de febrero, un comentarista dominicano publicó en X que al menos seis periodistas del país recibían pagos mensuales de USAID y actuaban como “agentes especiales” de la embajada. La reacción fue inmediata: figuras respetadas como Huchi Lora, Marino Zapete, Edith Febles y otras, señaladas en esos posts, negaron categóricamente haber cobrado un centavo de USAID y denunciaron una “campaña difamatoria” en su contra. Según reportó Diario Libre, aquellos periodistas llegaron a acumular miles de menciones ofensivas en redes (los tildaron de “vendidos” y “traicioneros”), impulsadas por etiquetas como #PeriodistasDominicanosEnUSAID. Finalmente, el propio autor de la acusación (Johnny Arrendel) se retractó a los pocos días, admitiendo que cometió un “grave error” y que su fuente no era fiable. Este episodio, ampliamente cubierto por la prensa dominicana y regional, muestra que no hubo una lista real sino rumores amplificados para desprestigiar a voces críticas. Gremios periodísticos como el Colegio Dominicano de Periodistas salieron a respaldar a los afectados y exigieron pruebas ante cualquier acusación de ese tipo.

Verificación de hechos – Dada la proliferación de afirmaciones sobre listas de periodistas comprados, sitios verificadores en español intervinieron. Cazadores de Fake News, un portal venezolano de fact-checking, publicó un análisis desmontando el bulo de la “filtración de WikiLeaks”. Confirmó que hasta mediados de febrero de 2025 no existía en WikiLeaks ningún documento ni listado de periodistas o medios financiados por USAID cazadoresdefakenews.info. Lo que circuló fue una cadena desinformativa: primero un sitio propagandístico (Venezuela News) afirmó falsamente tener una lista con nombres de medios venezolanos beneficiados (La Patilla, Efecto Cocuyo, El Pitazo, etc.), argumentando que esos fondos buscaban “desestabilizar la imagen del gobierno”. Esa nota fue amplificada por presentadores afines al gobierno (una periodista de teleSUR y un conductor de Globovisión), quienes en un programa de YouTube repitieron que periodistas exiliados como Carla Angola recibían pagos de USAID a través de terceros. El efecto cascada terminó con muchos usuarios creyendo que existía una “lista WikiLeaks” con nombres, cosa que era falsa. Fact-checkers señalaron cómo se sacó de contexto un artículo público de USAID de 2024 sobre apoyo a la libertad de prensa, confundiéndolo adrede con una filtración confidencial. En conclusión, la prensa independiente y los verificadores han insistido en que, si bien los números de financiación son reales, las listas de nombres difundidas en redes carecen de respaldo documental.

Reacciones de medios afectados – Por último, algunos medios independientes latinoamericanos que sí recibían fondos de USAID han cubierto el tema desde su propia perspectiva. Ante el recorte, varios emprendieron campañas para subsistir. La Revista Factum de El Salvador, por ejemplo, publicó un editorial pidiendo apoyo de sus lectores y reconociendo que la pérdida de la subvención les pegaba duro pero “no nos desanima”. Portales como No Ficción (Guatemala) o Distintas Latitudes (México) difundieron comunicados explicando que seguirían operando con recursos propios tras la salida de USAID. Estas piezas no negaron haber recibido fondos, al contrario, los agradecieron transparentemente, destacando que gracias a ellos produjeron investigaciones importantes. Sin embargo, también rechazaron la etiqueta de ‘comprados’, reivindicando su independencia editorial. Varios recordaron que los apoyos externos para periodismo no son nuevos ni clandestinos, y que equiparar financiamiento con compra es una simplificación malintencionada​ latamjournalismreview.org. En suma, en medios independientes la cobertura giró en torno a la sostenibilidad financiera y la defensa de la legitimidad de su trabajo, más que en polémicas de listas.

Publicación de listas de periodistas implicados

  • Sin listas completas en medios grandes: Ningún medio de comunicación importante en español publicó una lista completa de periodistas supuestamente “comprados” por USAID. Las coberturas se basaron en cifras globales (miles de periodistas, cientos de medios) pero no revelaron nombres individuales a nivel internacional. Por ejemplo, El País y France 24 citaron datos generales y reacciones oficiales, sin listar beneficiarios.

  • Listas parciales en medios afines: Algunos medios estatales o alternativos divulgaron nombres ligados a su contexto local o a su línea editorial. TeleSUR enumeró a varios periodistas venezolanos por nombre (Reyes, Angola, Batiz, etc.) dentro de su denuncia del financiamiento de USAID en Venezuela. En República Dominicana, un presentador identificó públicamente a seis periodistas de su país en redes sociales, insinuando que cobraban de USAID, aunque luego borró esas publicaciones al retractarse por falta de pruebas. También en Venezuela, portales pro-oficialistas listaron a ciertos medios digitales (como La Patilla, El Pitazo, Efecto Cocuyo) alegando que aparecían en una filtración – información que luego se confirmó falsa.

  • Datos sin nombres (contexto global): Las fuentes formales solo proporcionaron datos agregados. RSF, al condenar el recorte, citó la nota de USAID con los totales de periodistas y medios apoyados​ rsf-es.org, pero no incluyó nombres propios. Del mismo modo, la cuenta de WikiLeaks en X difundió las cifras generales (6200 periodistas, 707 medios, 279 ONG), incluyendo el dato llamativo de Ucrania, sin publicar ningún listado nominal. Esos números fueron ampliamente repetidos por la prensa, pero no se acompañaron de documentos con identidades.

  • Aclaraciones y desmentidos: Organizaciones de verificación han desmentido la existencia de una lista pública de periodistas “comprados”. Cazadores de Fake News verificó en los archivos de WikiLeaks y confirmó que no hay ninguna lista de periodistas o medios financiados por USAID publicada allí hasta esa fecha​ cazadoresdefakenews.info. Los supuestos listados que circularon en redes provienen de acusaciones no corroboradas o sesgadas: es decir, fueron elaborados por personas o medios con agenda política, más que de una filtración genuina. En conclusión, la cobertura en español sí abordó el tema de la financiación masiva de USAID y discutió el debate sobre la independencia periodística, pero no ofreció un listado definitivo de periodistas implicados. Las únicas menciones de nombres fueron casos aislados, presentados por ciertos medios con fines críticos o propagandísticos, y no como parte de un registro oficial verificado.

Fuentes consultadas: El País, La Gaceta, RSF​ rsf-es.org  , Diario El Salvador, LatAm Journalism Review​ latamjournalismreview.org  , Listín Diario, teleSUR, Cazadores de Fake News​ cazadoresdefakenews.info , Yahoo Noticias (EFE).